La araña roja es una de las plagas más desafiantes en el cultivo del tomate. Es crucial entender cómo afecta a los cultivos y conocer las prácticas y controles efectivos para prevenir su propagación.
La araña roja (Tetranychus urticae) es un pequeño ácaro que se alimenta de células vegetales, causando graves daños en cultivos como el tomate y otras hortalizas. Este ácaro mide alrededor de medio milímetro y su color varía del verde al rojo, dependiendo del ambiente.El ciclo de vida de la araña roja varía entre 14 y 30 días según su sexo. Prefiere ambientes con baja humedad y altas temperaturas, condiciones ideales para su reproducción y propagación.
La araña roja puede completar su ciclo de vida en solo 13 a 14 días, lo que la convierte en una plaga potencial en muy poco tiempo, capaz de reducir la producción de tomates hasta en un 70-80%.
Efectos Directos
La araña roja puede afectar tanto a cultivos al aire libre como a los de invernadero. Los primeros signos son pequeñas telarañas en ambos lados de las hojas. Al alimentarse del contenido de las células vegetales, las arañas provocan manchas amarillas en las hojas, reduciendo significativamente la fotosíntesis y, en consecuencia, la producción de tomates.
Efectos Indirectos
Las heridas causadas por la araña roja pueden facilitar la entrada de otras plagas, como hongos y virus, agravando aún más los daños al cultivo.
Control PreventivoMantener una vigilancia constante y adoptar prácticas preventivas es esencial para controlar la araña roja. Algunas estrategias incluyen:
Control BiológicoPara preservar el equilibrio ecológico del cultivo, se pueden utilizar métodos de control biológico que favorezcan a los depredadores naturales de la araña roja, como:
Control QuímicoSi el control biológico no es suficiente, se pueden emplear insecticidas específicos:
Adoptar estas prácticas puede ayudar a mantener la araña roja bajo control y proteger la producción de tomates.